Pasado en el presente.

- Si los elementos reales fueran demasiado mencionados en la mente, dejarían de ser presente. Serían parte de un recuerdo, un pasado.

- Sueles mencionar la realidad y el pasado con tal comprensión. Pero, ¿acaso lo que digo en este preciso instante, palabra a palabra atrás no se hace un pasado?

- Inhala y exhala. Sé consciente de tu respiración, de las imágenes que tus ojos te proporcionan. Sé consciente de todos tus sentidos. Eso es presente.
Si crees que revivir el pasado una y otra vez te ayuda a vivir en lo real, te equivocas. Si tu mente no estaría tan distraída en tus recuerdos, no sentirías la tristeza que muestran tus ojos.
Sé consciente hasta en todas tus inconsciencias.

- [...] Recuerdo para poder ser feliz.

- En esos instantes no estás aquí. Te encuentras distraído en un pasado dejando los minutos o incluso, horas que están siendo un pasado inmediato en tu presente.

- Pero yo vivo en el recuerdo positivo para ser feliz en el presente.

- ¿Por qué lloras y te lamentas, entonces? ¿Por qué dudas de tu presente y quisieras volver al pasado?

- Porque el pasado ya no existe, pero sigue vivo en mi recuerdo. Puedo expresar mi amor de nuevo a muchas personas que he dejado de lado y que quisiera que estén conmigo, ahora.
Y principalmente porque mi presente no es nada sin mi pasado.

- El pasado no tienen porqué hacerte daño. Puedes observar tu pasado como lo haces con tu presente. Pero, algo que no puedes hacer es dejar tu presente por tu pasado. Hoy, es el ahora, cuando puedes volver hacer lo que no hiciste y no lamentarte por no haberlo hecho nunca. Sé consciente y encontrarás la belleza en tu presente y la felicidad, aún en lo negativo, de tus recuerdos.

- No puedo.

Esas últimas palabras me hicieron huir. Sabía que eso era un error, pero huir era lo único que deseaba. 

Huir de él, de sus palabras. Huir de todo. Quería recorrer el sendero que alguna vez recorrí. 

Tenía tantas ganas de llorar por mi pasado, en mi presente. 

Ese día, tal vez como nunca, me enfrenté a mi mismo. 

Y sinceramente, es el mayor acto de valentía que alguien podría hacer.